Los epidemiólogos, especialistas en salud pública y otros expertos en salud son comprometidos con la parálisis total de los sectores económicos vinculados a la hostelería y el ocio como núcleos principales de socialización y contagio, y de cualquier actividad colectiva que pueda ser el foco de transmisión comunitaria para frenar la expansión de COVID-19 . Con los hospitales cada vez más saturados (en el caso de Orihuela y Elda), la comunidad científica urge intervenciones que no paralicen la vida diaria para evitar medidas más drásticas que, si la curva sigue subiendo, pueden llegar en dos semanas y durar hasta cinco. Según datos de Salud, el viernes cinco personas murieron en la provincia por covid, y ayer se alcanzó un nuevo pico de contagios con 732.

Los empresarios consideran que un cierre del sector hotelero y comercial será un golpe fatal para estos sectores productivos y están exigiendo ayudas no reembolsables para evitar la pérdida de entre el 40% y el 80% de estos negocios. Piden ajustar las medidas para evitar otro confinamiento estricto que hundiría el PIB provincial a niveles de hace una década. Los sindicatos exigen la ampliación de las ERTE como herramienta para evitar una pérdida "brutal" de puestos de trabajo.

El Gobierno Central y la Generalitat Valenciana descartan por ahora un confinamiento domiciliario más severo. La comunidad científica tampoco da una respuesta unánime y se divide entre quienes ya piden un estricto confinamiento domiciliario como en marzo, incluido el paro de los sectores productivos; los expertos que afirman volver al teletrabajo permitiendo las clases; y los partidarios de un modelo "ligero" que básicamente autoriza volver a casa del trabajo sin ni siquiera poder salir a caminar. Todos coinciden en los fundamentos de restringir al máximo la movilidad, evitar la concentración en lugares cerrados y cortar las actividades masivas si quieren evitar una cuarentena que ya aplican los países vecinos con menor incidencia del virus.

El presidente de la Sociedad Española de Medicina Preventiva y Salud Pública, Rafael Ortí, prefiere un encierro domiciliario de 14 días antes de que los datos empiecen a dispararse exponencialmente, deteniendo, si no todos los sectores productivos, en los que es evidente que están contribuyendo a una transmisión comunitaria. El también responsable del Servicio de Medicina Preventiva y Calidad Asistencial del Hospital Clínico de Valencia considera que se debería haber actuado antes cerrando bares y restaurantes, y limitando las clases presenciales en la Universidad, e impartiéndolas de forma remota. «Las medidas de confinamiento son radicales pero a veces necesarias,y como todos, deben basarse en pruebas, no estar sujetos a presiones políticas y económicas. El científico considera que los cierres perimetrales actuales deberían haberse aplicado con anticipación, cuando la incidencia acumulada comenzó a subir y había un exceso de movilidad. Ahora piensa que son un parche. "Si se ve que la situación está fuera de control, lo mejor es cerrar dos semanas lo antes posible y a finales de noviembre habrá otra oportunidad para demostrar que queremos brindar adecuadamente los servicios de Salud Pública", una vez más. abrumado por el aumento de casos.

José Ramón Martínez Riera, catedrático del Departamento de Enfermería Comunitaria, Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Alicante, aboga por un confinamiento generalizado similar al de la primera oleada, dado el aumento galopante en prácticamente todas las comunidades. “Por doloroso que sea, es lo correcto. Debe tenerse en cuenta, si no nos dirigimos a un nuevo colapso del sistema de salud. Los datos lo demuestran cada vez más ». Es partidario de un encierro estricto, con un paro de la hostelería y en general de los sectores productivos y de volver al teletrabajo sin salir ni pasear porque sería "un desagüe". Como excepción, permitiría que las escuelas sigan funcionando "porque hay datos suficientes para indicar que los niños no actúan como vectores". Ortí no está de acuerdo: "Hay transmisión con una incidencia bastante alta de casos entre los 5 y los 30 años", dice. Martínez Riera advierte que el objetivo de salvar la Navidad es un error, "podría ser el punto de inflexión de una nueva ola".

El epidemiólogo José María López Lozano elogia la utilidad de aislamientos como el de primavera pero cree que ahora se pueden introducir excepciones para hacerlo menos dañino para la economía y la sociedad, como mantener abiertas las escuelas y comercios con capacidad reducida y cita previa. Cerraría algunos sectores productivos y reprimiría cualquier actividad social, cultural y deportiva que favorezca las interrelaciones. También cree que la exposición debe minimizarse con la herramienta de teletrabajo. El catedrático de la Universidad de Alicante y especialista en Salud Pública José Tuells considera que hay que dejar un margen a las medidas actuales antes de aplicar otro confinamiento drástico. “Las autoridades sanitarias buscan el equilibrio sin cerrar por completo la actividad económica, yo lo veo bien como un laboratorio de experiencias de las que se puede aprender. Intentan no paralizar la vida cotidiana.

Los sectores económicos tiemblan. los Confederación Empresarial Valenciana (CEV) Sostiene que una nueva cuarentena supondría un problema muy grave para la economía de la provincia, el cierre de un gran número de pymes y micro pymes, y un gran aumento del paro. “Es necesario compatibilizar la economía y el control de la pandemia.Se debe evitar en la medida de lo posible, pero si surge, se debe acompañar de ayudas al tejido productivo ", dice su presidente Perfecto Palacio. En la misma línea, la Cámara de Comercio considera que se debe decretar un nuevo encierro en casas duras. sea ​​la última frontera y que de antemano se ajusten las medidas con ayudas para mitigar las pérdidas de los negocios afectados, como hace Alemania, que compensa hasta el 75% de la facturación del último ejercicio fiscal de cada negocio. Su presidente, Juan Riera, considera que el cierre de la industria hotelera y de restaurantes que otros países y comunidades ya valoran “sería un golpe mortal para el turismo y el comercio, sobre todo de proximidad, los sectores que ha golpeado con mayor fuerza la pandemia. Con las empresas cerradas, el país va arruinado.

Los sindicatos reclaman ayudas duraderas para que los sectores productivos, autónomos, pymes y micro pymes, la mayoría en la provincia, puedan salir fortalecidos y el mantenimiento de la ERTE como herramienta para evitar una pérdida "brutal" de puestos de trabajo. Yaissel Sánchez, secretaria general de la UGT, también reclama que se dote a la Administración de más personal e incluya fondos europeos para la reconstrucción en las mesas de diálogo. Consuelo Navarro, secretaria general de CC OO, dice que la paralización de la economía perjudicaría a muchos sectores productivos, y está convencida de que si la sociedad cumpliera con las medidas sanitarias de manera exhaustiva, no sería necesario ningún otro confinamiento.

Los hoteleros piden exención de impuestos y fondos para pagar alquileres y préstamos

El sector de la hostelería, afectado por los continuos recortes de aforo, horarios y la prohibición de bares, pide ayudas a las administraciones en caso de un posible cierre total de la actividad económica. Que nuestros trabajadores están protegidos con una ERTE que cobra el 100% del salario ”, asegura el presidente de la Asociación de Restauración de Alicante, César Anca, entidad provincial. Para las empresas piden la exención de impuestos locales, excepto el IBI, es decir, la tarifa de los vigilantes nocturnos y la basura; así como ayudas para pagar el alquiler y los gastos derivados de los préstamos que mayoritariamente han tenido que suscribir para salir adelante. Al menos no nos cuesta dinero. Detendría la destrucción de empresas: no ganamos pero no perdemos. Si tenemos que hibernar para controlar la propagación, el gobierno debe ayudarnos. '

Comercio cree que otro bloqueo agravaría el problema para muchas empresas.

Otro encierro supondría un grave problema para el comercio, en fechas previas a la Navidad, en un año muy difícil en el que llevan cerrado casi 3 meses. Es la opinión de la asociación de empresarios de grandes superficies, la Asociación de Grandes Empresas de Distribución. Su portavoz, Joaquín Cerveró, considera más razonable que se tomen medidas de control de capacidad y distancia e higiene, "ya que el nivel de contagios en nuestro sector es prácticamente irrelevante". Las pequeñas empresas ven todo tipo de inconvenientes por el aumento de contagios, también en gran parte de la provincia. Lo positivo, señalan, es que, si se toman medidas ahora, se puede frenar la curva, "y eso nos permitirá llegar a la Navidad con cierta normalidad", dijo Francisco Rovira, secretario general de la Pequeña y Mediana. - empleador de empresas de gran tamaño (Facpyme). El empresario no espera un encierro tan duro como el de marzo, “pero la hostelería y el comercio estarán cerrados al pie de la letra y los lugares donde hay concentraciones de personas. Es mejor una medida dura ahora, que llegamos a Navidad con un aumento brutal de infecciones y luego nos encierran.